SOUNDTRACK: PLAYLIST DE BENITO TAIBO “PARA CONFIRMAR QUE ESTÁS VIVO”

16/02/2014 - 12:00 am

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Paso la mayor parte del tiempo escribiendo. Desde columnas a bolos para bautizos, crónicas, argumentos, poemas, novela, cuentos, “pensamientos” (como los llamó la abuela de un amigo), recetas de cocina…

Muchas veces es “trabajo”, pero la mayor parte es por puro placer. No sé hacer otra cosa. Aprendí el oficio en una redacción ruidosa y ajetreada desde los 16 años y lentamente lo voy aprendiendo. La música no está presente cuando escribo, es “música” el sonido de las teclas la que me acompaña siempre.

Pero…

Cuando no escribo, oigo constantemente esas rolas que me reconcilian con el mundo, que me recuerdan que estoy vivo y que hay un montón de motivos para seguir aquí, dándole. Incluso (y me avergüenzo de confesarlo) me la paso cantando, o chiflando, o tarareando.

La música y esas rolas que  me confirman que estoy vivo son las que hoy, con gusto comparto con ustedes.

Soy lo que escribo y sobre todo lo que leo, pero también soy lo que voy cantando. Y cantando, los días aciagos que nos toca vivir, se vuelven por ratos más dulces, más combativos, menos amargos.

A-LA-CARTA

1.- Satisfaction. The Rolling Stones.

Poco que decir sobre esta obra maestra. Cada vez que la pongo, esté donde esté, el tam-tam de los latidos de mi corazón se acelera, y me pongo a bailar al ritmo de su embrujo, al llamado de la tribu que me congrega.

Sólo confirmo que la vida tiene curiosas maneras de operar. Me queda claro que sucede cada vez que suena esté rolón. Los simples mortales envejecemos, sencillamente para que sus “Satánicas majestades” sigan tan  jóvenes como siempre. Y yo, sonrío complacido…

2.- Hoy puede ser un gran día. Joan Manuel Serrat.

Generalmente comienzo mi día con una suerte de “Tour de force”. Esto es, viendo por tele o escuchando por la radio los noticieros. Y en México y este mundo, hoy, es lo más parecido a recibir un “chingadazo” de realidad que por fuerza debe despertarte, violentamente.

Y para conjurar tanta realidad, mi jaculatoria preferida es ésta de Serrat. Para demostrar que pese a todo, hay resquicios en el horror, donde se pueden colar las buenas nuevas. Aunque sean pequeñas.

3.- I feel the earth move. Carole King.

Algunos chavos van a decir que soy un “viejito” (y lo asumo, no me pintaré nunca el pelo). Es más, difícilmente sabrán a quien me refiero cuando hablo de Carole King.

Pero si le dan chance, descubrirán lo que se encierra en esta canción; la confirmación de que la tierra se mueve debajo de nuestros pies, aunque no lo notemos…

4.- Fogata de amor.  De Víctor Heredia.  Cantada por “La negra” Mercedes Sosa.

Óiganla nomás… Es la canción que Imelda, mi mujer y yo, compartimos desde hace 23 años. Y que me recuerda siempre que dónde esté ella, estará el paraíso.

5.- Overkill. Men at work.

El grupo australiano “Men at work” hizo poquísimos discos; yo sólo tengo dos, y desapareció para siempre.

No se lo merecían.

Después de una noche de insomnio o de pesadillas siempre pongo “Overkill”.

Sí los que manejan el mundo  no nos dejan dormir, no los dejaremos soñar.

6.- Sólo le pido a dios. León Gieco. Cantada por Ana Belén.

No creo en ningún dios ni profeso ninguna religión, pero por si acaso, por si existe ese ser supremo que puede hacer justicia, le pido cada vez que puedo todo lo que esta canción le pide…

7.-What a wonderful world. Louis Armstrong.

Mi padre me la puso cuando yo tenía unos doce años. Y me demostró que en las cosas sencillas, cotidianas, aparentemente mínimas, se encerraba el misterio de parte de nuestra humanidad.

Una y otra vez, Armstrong me devuelve  con esa voz acariciante, la certeza. Y pone junto a mí al Jefe Taibo, que cierra los ojos y sigue la música feliz, moviendo el pie a su ritmo.

8.- Somewhere over the rainbow. Harold Arlen (música) y E. Y. Harburg’s (Letra). Interpretada por Eric Clapton.

Canción tema de “El mago de Oz”, la película con la que Judy Garland se consagró en 1939.

Hay una tierra fantástica, al otro lado del arcoíris donde los cobardes pueden encontrar valor, los sencillos, inteligencia y los que no tienen nada en el pecho, un corazón. Y tan sólo basta con seguir el camino amarillo, y nuestros instintos.

La canto siempre, porque tenemos derecho a los sueños, a la imaginación, la rebeldía.

Con ésta, Clapton cerró, sólo con su guitarra, el espectacular concierto en el Foro Sol de la ciudad de México. Allí estuvimos…

9.- Pastillas para no soñar. Joaquín Sabina.

No quiero vivir cien años. No quiero contar el colesterol y sí muchas historias, no quiero ser una oveja blanca rumbo al matadero, no quiero arrepentirme de nada. No quiero que nos vendan pastillas para no soñar.

Cantando con Sabina, declaro también junto con él, que haré lo que se me antoje, siempre.

10.- El concierto nº 1 en Mi Mayor, RV. 269  “La primavera” de “Las cuatro estaciones” de  Antonio Vivaldi.

Durante años, los amigos seguimos fielmente una tradición.

Cada vez que estábamos en la playa. Al atardecer, cuando el sol se ponía en el horizonte y el cielo se coloreaba de naranjas y rojos y morados, ese milagro;  en honor a la maravilla, poníamos a Vivaldi.

Y en cuanto el astro desaparecía detrás del mar, aplaudíamos, celebrando la vida.

Cada vez que la escucho, estoy allí, con todos esos que fuimos. Los que queríamos cambiar al mundo.

No lo conseguimos, pero, el mundo nunca pudo cambiarnos a nosotros.

La música es un recordatorio preciso. Y de una belleza conmovedora

PD. ¿Sólo diez canciones SinEmbargo?  ¡Chale! Hay que repetirlo.

Los abrazo…

 

Benito Taibo nació en la Ciudad de México el 31 de mayo de 1960, estudió Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Inició desde muy joven como poeta, con libros como Siete primeros poemas de 1976 y Recetas para el Desastre de 1987. También ha experimentado con el periodismo cultural, la publicidad y el guionismo para radio y televisión. Además, cuenta con tres novelas, Polvo, Persona Normal y Querido Escorpión. Desde 2006 es Coordinador Nacional de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y colabora como columnista de SinEmbargo.

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